El nombre de la rosa. Libro recomendado que inspiró una buena película

El nombre de la rosa es una película dirigida en 1986 por Jean-Jacques Annaud, que seguro que has visto, que costó diecisiete millones de dollares de los de antes y recaudó setenta y siete millones de dollares también de los de antes, una negocio redondo.

Por supuesto sabes que está basada en la novela El nombre de la rosa de Umberto Eco, quien de la noche a la mañana pasó de anónimo “ratón de biblioteca” a exitoso escritor reconocido mundialmente.

En el 2019 también se rodó una serie basada en la novela, producida por la Rai (Radiotelevisión italiana) con John Turturro y Rupert Everett como actores emblemáticos. La miniserie se vendió a 132 países y es la segunda serie italiana más vendida del mundo después de Gomorra, que mira tú por dónde, también está basada en una la novela de Roberto Saviano.

Cuando de una novela se hacen películas y series que alcanzan el éxito más rotundo, y si además dicha novela la ha leído y disfrutado millones de lectores, será por algo.

¿Qué es un semiólogo?

La semiología es una rama de la filosofía que estudia los sistemas de comunicación en las sociedades. Analiza los símbolos y los signos, la forma en que los humanos los crean.

Es importante porque trata de cómo transformamos nuestras ideas en signos que pueden ser interpretados por otros seres humanos.

Supongo que los semiólogos del futuro, cuando estudien cómo nos comunicamos por whatsapp, facebook, X y demás, pensarán que hemos involucionado al paleolítico inferior.

Guillermo de Baskerville

Hay quien dice que es una novela culta, otros la califican de obra erudita, hay quienes ven simplemente una novela de intriga en la época medieval, y para finalizar también hay quienes reducen la narración a una novela histórica repleta de frailes.

Quizás esta amalgama de posibilidades ha hecho posible el éxito de El nombre de la rosa.

Nos remontamos a 1327 y un antiguo franciscano inquisidor, Guillermo de Baskerville, busca alojamiento en una impresionante abadía benedictina que infunde respeto a cualquier mortal de la época.

Se va a producir una reunión de máxima importancia. Deben decidir si Cristo había poseído o no bienes, que en tiempos de la inquisición, donde cualquiera podía ser sospechoso de hereje, bruja o mago satánico, la cuestión resultaba de vital importancia. Qué mejor sitio que tratar este asunto que en un lejano y casi olvidado monasterio ajeno a las controversias entre órdenes clericales.

¿Qué tiene que tener toda buena novela? Una aventura, un misterio, un algo que le diga al lector que tiene que seguir pasando páginas, ese «a ver qué va a suceder en el siguiente capítulo», algo que enganche.

En El nombre de la rosa engancha un espacio alojado en el último piso de la abadía y que resulta ser una biblioteca excepcional. También ayuda que cuando llega Guillermo de Baskerville un monje, respetado en el monasterio, ha aparecido sin vida en extrañas circunstancias.

Los estudiosos de la obra defienden la teoría de que no es casual el nombre del protagonista, Guillermo de Baskerville, probablemente simbiosis de Guillermo de Ockham y Sherlock Holmes.

Guillermo de Ockham fue un franciscano inglés de la época en que transcurre la novela. Filósofo, teólogo y lógico, artífice de la Navaja de Ockham principio que asegura que «en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable». Cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja.

Por otro lado El perro de los Baskerville es una novela por entregas publicada entre 1901 y 1902 por Arthur Conan Doyle y protagonizada por el famoso Sherlock Holmes.

¿Quiso Umberto Eco elaborar su peculiar homenaje a estos históricos personajes?

El nombre de la rosa. Umberto Eco

El nombre de la rosa (novela)

Seguro, pues la novela está llena de homenajes a autores como Voltaire, Víctor Hugo, Huysmans, y la ultima frase, «hay que tirar la escalera por la que se ha subido» es de Wittgenstein.

De hecho, «el nombre de la rosa» era una expresión utilizada en la Edad Media para designar el poder del lenguaje.

Cada uno de los siete días que pasa en la abadía Guillermo de Baskerville un nuevo cadáver aparece trastocando las pautas habituales de los monjes. Junto al novicio Adso de Melk y siguiendo unas premisas científicas que para la época rozan la herejía, nuestro franciscano se convierte en un improvisado detective medieval, culto, refinado, filosófico, fiel a sus principios morales.

Pronto comprende que la solución al dilema reside en la biblioteca a la que no les está permitido acceder.

Aquí es donde reside el verdadero poder de la novela, que aúna el misterio policíaco, la erudición, las aventuras, lo más oscuro del ser humano a la vez que la lucha por los ideales del protagonista, la recreación histórica del siglo XIV en un ambiente propiamente misógino.

Un libro que habla de libros siempre es atractivo para cualquier ávido lector.

El nombre de la rosa (película)

Madre mía qué ha sido de Christian Slater, que ya sabemos que ha tenido problemas con el alcohol, drogas, violencia, un divorcio complicado… y que los años pasan, pero de sus personajes en El nombre de la rosa, o en el Robin Hood príncipe de los ladrones (otra película basada en un personaje literario y que debe mucho a Sir Walter Scott), a sus últimas apariciones cinematográficas hay un mundo.

Sean Connery está inmenso en la película dando vida a Guillermo de Baskerville y eso que ha Umberto Eco le pilló desprevenido pues solo conocía al actor por sus papeles de James Bond. La literatura gira y une trabajos. James Bond es el personaje de las novelas de Ian Fleming, cuya obra el propio Umberto Eco se encargó de analizar.

Como adaptación de un libro podemos decir que la película está bien hecha, pero ojo que no es el libro, que es una adaptación. Cuando le preguntaron al respecto a su director Jean-Jacques Annaud dijo «La película se inspira bastante fielmente en el libro, pero no es el libro». La parte positiva es que nos permite disfrutar del libro y de la película como si fuesen dos productos diferentes.

La atmósfera recreada está muy conseguida. De hecho la presencia de la inquisición y ese tenebroso personaje, Bernardo Gui, dan miedo.

Además la película fue la consagración mundial de su director, Jean-Jacques Annaud que si bien tenía ya un Óscar a la película de habla no inglesa, el éxito de El nombre de la rosa le permitió emprender otro gran proyecto cinematográfico basado en la adaptación de otro libro, El amante de Marguerite Duras.


El nombre de la rosa ha sido traducida a 24 idiomas y vendido más de 30 millones de ejemplares en todo el mundo.

Si le sumamos sus adaptaciones al cine, miniserie y que incluso llegó a inspirar un juego de ordenador “La abadía del crimen”, deberíamos pensar que es una novela a tener en cuenta para próximas lecturas.

Imágenes: Re-Read Bilbao

Bilboteka
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.

Para cualquier duda puedes visitar la página de privacidad.